Se desconoce Detalles Sobre culpabilidad y aprendizaje en relaciones
La ruptura puede ser un punto de inflexión para descubrir tu verdadero potencial: abrazar el cambio, explorar nuevas oportunidades y reinventarte te ayudará a construir una vida llena de satisfacción.
Siempre que haya algo nuevo en tu vida, que sea diferente a tu experiencia previo, te puede producir un error, necesario para aprender.
Ten la capacidad de razonar y discernir entre maldad y error, la razón de discernir entre culpa y reparación, la razón de discernir entre hecho neutro y egocentrismo, la razón de entender que no puedes ser culpable de la ignorancia del otro que solo puede superar con esfuerzo y dedicación.
Caer en esta trampa es muy habitual y muy dócil y más con las creencias que tenemos incorporadas en el cerebro.
Depende de estas creencias, que algunos hacen cosas muy malas y no se sienten culpables y otros hacen cosas que no son ni buenas ni malas, pueden ser errores que no puedes evitar porque todos hacemos las cosas tan admisiblemente como sabemos, desde la propia autodeterminación.
Muchos, desde pequeños, hemos vivido siempre con el “pórtate acertadamente”, con el «si haces esto me harás sufrir», con el «con todo lo que he hecho por ti», con el «te Dueño tanto que si haces esto me harás sufrir», que hemos interiorizado a fuego el sentirse culpables cuando no haces lo que se retraso de ti.
A estas gloria, sabemos de sobra que abandonar una relación es una decisión complicada que nos enfrenta a muchas dudas e inseguridades.
Otra secreto para dejar de sentirte culpable tras una equivocación es evitar pensar en términos absolutos de todo o carencia. ¿Se va a consumir el mundo por no ser la origen o el padre perfecto? ¿Es que tienes la get more info obligación de ser siempre un empleado modelo e ideal? Desde luego que no.
Reconoce que al final no eres responsable por otras personas. Incluso si amas y te preocupas mucho por aquellos en tu vida, ellos están encargados de ponerse en marcha para fijar su propio bienestar (al igual que tú).
Es irrealizable memorizar qué hacer en presencia de una circunstancia nueva en la que intervienen múltiples egocentrismos y atinar para todos, aprender y no culpar por más juicios que recibas.
La culpa duele, es como una herida abierta en lo más profundo de nuestro ser. Sin embargo, su propósito está en animarnos a desempeñarse para resolver ese problema. Admisiblemente mediante un acto prosocial o simplemente teniendo en cuenta ciertas cosas de cara al futuro.
Le decimos maldad a lo que es un error o un legítimo interés del otro en practicar su condición de persona desenvuelto y tomar decisiones encaminadas a quererse a sí mismo.
Estos aspectos del amor nos inspiran a ser más tolerantes, respetuosos y apoyar a los demás, independientemente de nuestras diferencias. El amor nos invita a ver la humanidad en cada individuo y a tratarlos con amabilidad y consideración.
Puede ser más fructífero reflexionar de qué forma la parte culpada y la culpabilizadora pueden “colaborar” para conseguir un mayor bienestar en nosotros mismos.